Los aviones no tripulados aéreos han explotado en popularidad en los últimos años, mejorando todo, desde la creación de mapas hasta las operaciones de búsqueda y rescate. El DJI Spark tiene un objetivo más realista: ayudar a que cualquiera tome mejores fotos, videos y "dronies", también conocidos como drones selfies. Para ello, es más fácil de operar (reconocimiento de gestos significa que puede controlarlo con un movimiento de su mano), más difícil de estrellar (una serie de sensores ayudan a evitar colisiones en el aire) y relativamente económico ($ 499), aunque su tiempo máximo de vuelo es 16 minutos es más corto que los modelos de gama más alta. "Vemos a Spark como el punto de partida de una serie completamente nueva de drones", dice Paul Pan, gerente senior de producto de DJI. Hasta ahora, esa estrategia está funcionando: gracias en parte a Spark , que se lanzó en junio, DJI con sede en China vende la mitad de todos los drones comprados en los Estados Unidos